Desde siempre el hombre ha querido presumir de sus capturas tanto en la caza como en la pesca. Es por ello que, en el siglo XVIII, los pescadores japoneses inventaron un método para poder evidenciar sus pescas, el Gyotaku. Gyo significa “pez” y taku “fortar/impresión”. Consistía en trasladar al papel, por medio de tinta, la huella de sus capturas. Para ello llevaban consigo papel de arroz y tinta y una vez escogían los peces más destacables ya fuera por el tamaño o por la especie procedían con la técnica del Gyotaku.
La técnica utilizada consistía en impregnar tinta directamente sobre el pez, y posteriormente colocaban sobre éste el papel de arroz, presionando ligeramente para transferir la imagen con todos sus detalles, tamaño, silueta, peso y especie de pez y así demostrar el tamaño y la forma del pez que habían pescado.
Consiste en transferir a un papel de arroz la figura del pez mediante tinta. Entonces se utilizaba una tinta llamada Sumi que eran unas barras, que al frotar sobre una piedra, desprendían un polvo que mezclado con agua formaba la tinta. El compuesto de estas barras estaba elaborado a base de una mezcla de carbón de bambú con alcanfor y cola. Hoy en día se utiliza la tinta china, incluso en algunos casos, la tinta de la sepia ya que así se puede recuperar el pescado para poder comerlo.
Los japoneses creen que además esta técnica tiene una función espiritual, que parte del alma del pez se queda en el papel eternamente.
En este vídeo nos adentramos en el estudio del artista donostiarra Mikel Aranburu quien es un experto en esta técnica y la realiza con la tinta de sepia Nortindal. www.mikelaranburu.com